En el consejo se ha abordado el caso de la anguila, cuya propuesta comunitaria para 2023 plantea ampliar la veda para cualquier actividad pesquera de 3 a 6 meses consecutivos, en la época de mayor migración, en aguas salobres marinas y adyacentes del Atlántico nororiental, incluyendo el Mar Báltico, y en el Mediterráneo, excluyendo el Mar Negro. Blanco ha trasladado la necesidad de modificar la propuesta y que las medidas para contribuir a la recuperación de la anguila en Europa no se centren únicamente en el establecimiento de la veda de 6 meses que plantea la Comisión Europea ya que, en su opinión, “significará el cierre de facto de la pesquería”.

En este punto el Consejero ha recordado al ministro que al igual que ocurre en otras regiones de España, Cantabria se han hecho importantes esfuerzos para reducir el esfuerzo pesquero que han supuesto llevarlo hasta su mínima expresión, con una veda de 3 meses consecutivos en la época de mayor migración, el cierre de la mayor parte de las rías a la pesca y la prohibición de la totalidad de la pesca recreativa, lo que supuso, ha recordado, “un duro proceso administrativo que logró reducir el número de licencias desde el millar hasta las 33 que hay actualmente vigentes”.

En lo que se refiere al resto de cuotas, ha mostrado su especial preocupación por la cuota del chicharro, al tratarse de una especie de gran interés para la flota de cerco de Cantabria y, en concreto, “para la viabilidad de algunas de esas empresas que no van a bonitos y se quedan trabajando en los cabezos”. Y ha manifestado la necesidad de pelear por un TAC que permita trabajar a esta flota y no suponga un problema para las flotas que suelen tener a esta especie como captura accesoria, ya que esto podía suponer la estrangulación de muchas pesquerías de gran interés.